Devaluación, retorno, tv digital y hambre en alta resolución.

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Devaluación es devaluación así la pinten de rojo

Por Jesús Salvador Rodríguez G./MAS Bolívar
Ya una gran porción de los venezolanos está habituándose a las colas para conseguir tales o cuales alimentos, cuya escasez hace de la cesta básica una ilusión, agregando a este padecimiento otros como la inseguridad y la violencia que se complementan como insumos diabólicos que le hacen burla a un régimen fuera de toda cordura en su obsesiva compulsión por el poder.  Y es que, tenemos ante nosotros una cruda realidad que parece no ser percibida por los compatriotas que acompañan con sus votos y sus actos de fe  a quienes desde el gobierno se han empecinado en destruirnos como nación.


Hoy somos ante el mundo una caricatura de país en cuanto a ejercicio democrático del poder se refiere, pues las instituciones sujetas por la brida del autoritarismo, no tienen por ahora ninguna intención de hacerse respetar en su autonomía tal como se le otorga en la Constitución. Desde que al teniente-coronel, la mayoría de los electores le confirió la gracia de “someternos”, se ha ido apoderando del venezolano una especie de desdén hacia todo lo que tenga que ver con el compromiso político responsable. De allí  la vulnerabilidad que hoy padecemos todos, incluyendo a los cuadros chavistas ilusionados aún con la búsqueda de: “el hombre nuevo”.

En un escenario donde hasta ahora parecen estar dictando el guión sin nada que  lo certifique, la mudez del presidente, el atropello verbal casi pueril de Maduro, y la vulgaridad de Cabello. Es indispensable que les plantemos cara organizada y eficazmente a éste avasallamiento  inmoral permitido ladinamente por una decisión no menos inmoral de un TSJ  genuflexo.

La manipulación mediática con la que el gobierno intenta convencer a sus simpatizantes sobre la devaluación del bolívar no tiene nombre; quiere hacerles creer que por ser de origen “revolucionario”, la misma va a tener efectos positivos en el  bolsillo de los venezolanos de a pie; ¡Si, como no!, devaluación es devaluación así la pinten de rojo, y sus consecuencias serán demoledoras para la microeconomía, la cual constituye el punto de referencia del pobre, pues es el costo del “pan nuestro de cada día”.

El dantesco panorama que tenemos por delante, ahora lo van a camuflar con la puesta en marcha de la televisión digital en señal abierta (donde por cierto excluyeron a Globovisión ,¿Qué tal?); o sea ahora en las pantallas de los televisores de “el soberano” será donde veamos los logros de “la revolución agroalimentaria” con “el pistolero” Loyo en una de sus mejores interpretaciones. El hambre “en alta resolución” vendrá como una plaga, pues como tenemos una economía de puertos,  los precios  de todos los alimentos importados (más del 80%) se dispararán y no habrá retorno que valga, así sea el de Chávez.

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